GOBIERNO PREOCUPADO POR VIOLENCIA CONTRA NIÑOS

Algo huele mal en Uruguay

20.06.2008

El gobierno y varias organizaciones sociales intentan dar respuestas a los casos de violencia contra niños y adolescentes. El Sistema Integral de Protección a la Infancia y la Adolescencia contra la Violencia atendió en un año más de 500 casos.
El gobierno uruguayo y organizaciones sociales extreman esfuerzos para dar respuestas efectivas a la violencia contra niños y adolescentes en el país, tras una ola de desgarradores casos que incluyen homicidios, torturas y violaciones.

El abuso de menores, instalado desde siempre en la sociedad según los especialistas, fue puesto con vigor en el tapete en mayo, tras el asesinato, aún sin esclarecer, de Pamela Silva, una niña de 11 años, que era prostituida y abusada hace dos años por su padrastro, procesado por violación.

Luego, una beba de 15 meses murió por un paro cardíaco producido por la violación de su progenitor, mientras en otro horrendo caso, un hombre mató a palazos a su hijastra de 3 años porque se orinaba y lloraba, para después sepultarla, con la ayuda de la madre, en un dormitorio de su vivienda.

La necesidad de estrategias para garantizar los derechos de los menores llevó a la creación del Sistema Integral de Protección a la Infancia y la Adolescencia contra la Violencia (Sipiav), que a un año de su creación ha dado asistencia a más de 500 casos de maltrato o abuso de menores.

Una evaluación en Montevideo y Canelones sobre 267 casos en 208 hogares, arrojó que 70% de ellos fueron víctimas de violencia psicológica, 36% física, 28% sexual, 1% sexual comercial y 1% patrimonial, casi la mitad cometidos contra menores en edad escolar, sin discriminación de género.

La mayoría de las veces, los agresores son familiares varones, de entre 30 y 50 años de edad.

El Sipiav subraya que los casos afectan a todos los sectores sociales, dado que sólo en 34% de los hogares atendidos se registraron necesidades básicas insatisfechas.

La violencia contra los menores radica en el "ejercicio abusivo del poder del adulto sobre los niños, en sus más diversas manifestaciones", que "son convalidadas por la comunidad", dijo María Elena Mizrahi, coordinadora del Sipiav.

Mizrahi destacó la necesidad de "potenciar la campaña de sensibilización para ganar la batalla cultural" y de "dar crédito a la palabra de los más pequeños, sin pensar que el niño lo imagina o inventa, y fomentar la educación sexual para generar el autocuidado del cuerpo".

"Es necesario dar respuestas rápidas y generar procesos amigables" para la gestión de los casos de abuso, para evitar procesos como "las pericias forenses", que revelan que los adultos "no le creen" a los menores, observó la asistente de Unicef Alejandra Saravia, durante el ateneo Abuso Sexual Infantil Intrafamiliar, organizado esta semana en Montevideo por legisladoras, Unicef y el Instituto Interamericano del Niño.

Edgar Marzarini, titular del Departamento de Asistencia Jurídica al Niño y al Adolescente y del Comité de Erradicación de la Explotación Sexual, dijo que "el porcentaje de los casos que salen a luz en América Latina es inferior al 10%", e instó a combatir los "mantos de silencio" sobre tales conductas.

Por su parte, el director del Programa de Salud de la Niñez del Ministerio de Salud Pública, Jorge Quian, estimó que "varios de los casos pueden dejar secuelas físicas o intelectuales" en los menores abusados.

Y advirtió: "Los abusados son los abusadores del futuro y constituye una cadena interminable que solo podrá cortarse cuando tengamos una sociedad educada, sin angustia, sin misterio y cuando se sepa fehacientemente que se castiga a quien comete un delito